23 de abril de 2016

Cervantes, siempre



Lanzamos a la aulas el proyecto Quijote News como recordatorio de la publicación de la segunda parte del Quijote y volvemos ahora conmemorando la muerte de Cervantes. En unas fechas en las que instituciones y medios de comunicación quieren reivindicar nuestro clásico, habría que recordar que el amor por la literatura se fragua en las aulas, en la formación de jóvenes lectores, en el aprecio desde la infancia de figuras universales que forman parte de nuestra historia y de nuestra identidad. Es innegable que es un deber conmemorar a Cervantes en estos días y en estas circunstancias que nos colocan, a veces, demasiado cerca de la sociedad del Barroco. Pero el verdadero deber de las instituciones consiste en promover una escuela en la que el arte y la cultura sean valores destacados. Leer el Quijote en las aulas no debería ser una obligación, sino una actividad deleitosa y educativa, pero eso requiere un esfuerzo de toda la sociedad, no el trabajo abnegado y solitario de unos pocos docentes.
En este proyecto, en el que han participado 40 centros de toda España, cientos de niños y jóvenes han leído a Cervantes, han recreado las aventuras de sus personajes y han construido nuevas historias que mantienen viva su memoria. Los clásicos tienen esa virtud, permanecer siempre vivos, abrir nuevos sentidos con cada lectura.
Muchos olvidarán a Cervantes y al Quijote hasta dentro de diez o veinticinco años, cuando una fecha señalada les avise desde la agenda. Sin embargo, para quienes viven las aulas con pasión, cualquier ocasión será propicia para volver a recorrer los caminos de la Mancha. En las aulas, Cervantes y el Quijote siempre son celebrados con la lectura y la relectura; en las aulas, los clásicos nunca mueren. Muchas gracias a todos los que habéis hecho posible este proyecto.






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Otras entradas del proyecto:


4 de abril de 2016

Mi clase y yo fuimos una experiencia real de promoción de la lectura.

En el curso 2010-2011 Maite Monar realizó una investigación sobre tres experiencias reales de promoción de la lectura con el uso de las tecnologías. Tuve la suerte de participar con mi clase de 2º de Ed.Secundaria como una de las experiencias estudiadas por la investigación. La metodología utilizaba,  además de la observación directa en los tres casos estudiados (la clase de Antoni de la Torre en el IES Joanot Martorell, la de Albert Dasí en la Escola Gavina y la mía en el Colegio Helios), la entrevista, los relatos de vida y los cuestionarios. 
Personalmente recuerdo como muy eficaces y enriquecedoras las sesiones del grupo de discusión que celebramos con Gemma Lluch y Maite Monar en la Facultad de Filología ya que los debates y las conclusiones servían y todavía sirven hoy, para mejorar mi práctica docente en el aula, en la biblioteca o en los clubes de lectura. Seguro que mis alumnos que participaron más directamente con Maite en las historias de vida, aún recuerdan con agrado aquellas conversaciones a cuatro bandas a través de una chat, creo recordar que del Tuenti. 
La revista Caplletra ha publicado recientemente el artículo «La investigació sobre la promoció de la lectura en la 2.0. Anàlisi de casos»  que presenta los resultados de la investigación de Maite Monar:

Monar van Vliet, M. i Lluch, G. (2015): “La investigació sobre la promoció de la lectura en la 2.0. Anàlisi de casos.” Caplletra 59, 99-119. DOI: 10.7203/Caplletra.59.6890



Gemma Lluch, en su blog, ha presentado un resumen del artículo publicado en el que destaca diversas cuestiones que no solo siguen teniendo plena vigencia, sino que cinco años después son imprescindibles y fundamentales en nuestras aulas: 

  • Los espacios de comunicación creados (blogs, wikis, portafolios)  permiten atender la diversidad del alumnado e intercambiar experiencias.
  • Las prácticas realizadas han ampliado los diferentes tipos, lenguajes y soportes de lectura. 
  • -El papel del profesor ha cambiado y se transforma básicamente en guía.
  • -El uso de las plataformas y herramientas virtuales para trabajar sobre y con la lectura en el aula son imprescindibles.


La publicación del articulo en la revista Caplletra y el resumen de G.Lluch me permiten encontrar otra ocasión para agradecer a Maite y a Gemma la posibilidad que me dieron de participar con mis alumnos en aquella investigación que tantas vías de trabajo me afianzó. Además, el grupo de discusión me permitió conocer y seguir de cerca el trabajo de Toni de la Torre y adentrarme en las infinitas posibilidades del relato digital que he ido incorporando cada vez más a las prácticas diarias en las clases de lengua. 
Muchas gracias. 

2 de abril de 2016

Erase una vez.... el Día Internacional del Libro Infantil

Leer en voz alta a los niños es una de las más sencillas y eficaces estrategias de fomento de la lectura. Contar cuentos es beneficioso para los narradores y para los que escuchan. Hoy puede ser un día especial para regalar un poco de nuestro tiempo a nuestros hijos, nuestros nietos o nuestros sobrinos y leerles un cuento. Y mañana, otro. Y el lunes y el martes,...Y también lo haremos en las aulas. Y despertaremos cada día su interés por la lectura.
El 2 de abril,  aniversario del nacimiento de Hans Christian Andersen, se celebra el Día Internacional del Libro Infantil. Cada año, un país con delegación de la IBBY (la Organización Internacional para el Libro Juvenil) organiza el evento y selecciona a un escritor y a un ilustrador para elaborar un mensaje dirigido a los niños y un cartel que se distribuye por todos los países. Este año ha correspondido a Brasil la organización. El mensaje es de Luciana Sandroni y la ilustración de Ziraldo






ERASE UNA VEZ…
Erase una vez una… ¿Princesa? No.
Érase una vez una biblioteca. Y érase también una vez una niña llamada Luisa que fue a la biblioteca por primera vez. La niña caminaba despacio, tirando de una mochila de rueditas enoooorme. Observaba todo con admiración: estantes y más estantes repletos de libros. Mesas, sillas, almohadas de colores, dibujos y carteles en las paredes.
— Traje la foto — le dijo tímidamente a la bibliotecaria.
— ¡Muy bien Luisa! Voy a inscribirte. Mientras tanto puedes ir escogiendo el libro. ¿Sabes que puedes llevarte un libro a casa?
— ¿Uno sólo? — Preguntó decepcionada.
En ese mismo instante sonó el teléfono y la bibliotecaria dejó a la niña con la tan difícil tarea de elegir un único libro en la infinidad de estantes. Luisa arrastró su mochila y buscó, buscó hasta que encontró su libro favorito: Blancanieves. Se trataba de una edición de tapa dura, con hermosas ilustraciones. Con el libro en la mano empujó su mochila de nuevo y, cuando ya estaba a punto de salir salir, alguien le tocó el hombro. La niña se dio la vuelta y casi se cae para atrás del susto: nada más y nada menos era el Gato con Botas con su libro en la mano, ¡digo, entre las patas!
— Buenos días, ¿Cómo estás? — le dijo haciendo una reverencia.
— Luisa, ¿Acaso no te sabes de memoria todas esas historias de princesas? ¿Por qué no te llevas mi libro El Gato con Botas, que es mucho más divertido?
Luisa con la boca abierta no sabía qué decir.
— ¿Qué te pasa? ¿Te comió la lengua el gato? — Bromeó.
— ¿Eres el Gato con Botas de verdad, verdad?
— ¡Si, en persona, digo, de carne y hueso! Llévame a tu casa y sabrás todo sobre mi historia y la del Marqués de Carabas.
La niña, de tan perpleja, solo conseguía asentir con la cabeza. El Gato con Botas, con un toque de magia regresó a su libro y, cuando Luisa estaba a punto de salir de la biblioteca, volvió a sentir un toque en el hombro. Era ella: "blanca como la nieve, colorada como la sangre y con cabellos negros como el ébano". ¿Adivinaste?
— ¡¿Blancanieves!? — dijo Luisa anonadada.
— Luisa, llévame contigo también. Esta edición — dijo mostrándole su propio libro — es una adaptación auténtica del cuento de los hermanos Grimm.
Cuando la niña estaba a punto de coger el libro, el Gato con Botas apareció molesto:
— Blancanieves, Luisa ya escogió. Vete con tus seis enanos.
— ¡Son siete y no seis! ¡ Y ella aún no ha escogido! — le dijo Blancanieves roja de cólera.
Los dos miraban a la niña esperando una respuesta:
— No sé cuál llevar...quería llevármelos todos...
De repente, sucedió algo increíble: fueron saliendo de los libros… Cenicienta, Caperucita Roja, Rapunzel. Un equipo completo de princesas de verdad:
— Luisa llévame a tu casa — le suplicaban todas.
— Yo sólo necesito una cama para dormir un rato — dijo la Bella Durmiente mientras bostezaba.
— Solo cien años — dijo el Gato burlándose.
— Puedo limpiar tu casa, pero de noche tengo una fiesta en el castillo del ....
— ¡Príncipe! — gritaron todos.
— En mi cesta tengo torta y vino. ¿Quién quiere? — Ofreció Caperucita.
Y continuaron apareciendo más personajes: el Patito Feo, la Vendedora de Fósforos, el Soldadito de Plomo y la Bailarina:
— ¿Luisa podemos ir contigo? Somos los personajes de Andersen — pidió el Patito Feo que tan feo… no era.
— ¿ Tu casa está calentita? — preguntó la Vendedora de los Fósforos.
De repente, delante de todos, apareció un lobo enorme, peludo, muy peludo, con los dientes afilados: ¡El lobo feroz!
— Lobo ¿por qué tienes esa boca tan grande? — le preguntó Caperucita por costumbre.
— Yo les protejo — dijo valientemente el Soldadito de Plomo.
El Lobo abrió la boca y… ¿Se los comió a todos? No. Solo bostezó de tanto sueño y les dijo con calma:
— Tranquilos. Sólo quería darles una idea. Luisa se lleva el libro de Blancanieves y nosotros entramos en su mochila que es muy grande.
A todos les gustó su idea.
— ¿Luisa nos dejas ir contigo?
— ¡Claro que sí! — Dijo Luisa abriendo la mochila.
Los personajes hicieron fila y fueron entrando uno a uno:
— ¡Primero las princesas! — dijo la Cenicienta.
Al final aparecieron también los personajes brasileños: el Sací, el Caipora, una muñeca de tela que no para de hablar, un niño muy loquito, una niña con una cartera amarilla, otra con la foto de su bisabuela pegada al cuerpo, un pequeño rey mandón. Todos entraron.
La mochila pesaba más que nunca. ¡Cómo pesan los personajes! Luisa llevo el libro de Blancanieves y la bibliotecaria anotó todo en su ficha.
Poco después la niña llegó a casa feliz. Su mamá le preguntó desde la cocina.
— ¿Hija, llegaste?
— Síííí, mami, llegamos.


Escrito por Luciana Sandroni
Traducido por Elisa Toledo
Revisado por María Sampayo Bouza
Ilustrado por Ziraldo