La Escuela 2.0, la Biblioteca 2.0, necesita un cambio de actitud de profesores y bibliotecarios. No es cuestión de tecnología, es cuestión de actitud.
Las aulas y las bibliotecas deben ser espacios en los que se generan contenidos. Profesores y bibliotecarios ya no somos, afortunadamente, los transmisores y depositarios del saber. Somos, debemos ser, los que acompañamos a nuestros clientes en la elaboración colaborativa de sus propios saberes. Dos buenos ejemplos: Contenidos locales elaborados en las bibliotecas chilenas y la creación de contenidos de la Biblioteca Pública de Nueva York.
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