Hoy ha sido el último día de clubes de
lectura de este curso, con la última reunión del club de lectura de tercero de
primaria, los Bichtos Lectores. Ha sido una reunión relajada, donde hemos
comentado el final del último libro y hemos compartido algunos dulces. Esta
reunión ha puesto fin al primer año de club de lectura para estos 18 niños y
niñas, y espero haber podido transmitirles un poquito de este amor que siento
por los libros.
Lo cierto es que este ha sido un curso
intenso. Las reuniones con un grupo tan numeroso siempre son complicadas, ya
que son muchos niños con gustos distintos que se intentan satisfacer, y muchos
niños que quieren hablar, y los turnos de palabra se hacen demasiado largos.
Sin embargo, ha sido una experiencia maravillosa. Los niños tienen esa
capacidad. Puede gustarles más o menos el libro, pero leen, y te transmiten lo
que sienten, para bien y para mal. Y cuando no hay libro, porque todavía no han
llegado, su impaciencia, sus ganas de leer, siguen sorprendiéndome.
Este año también ha sido especial, además
de por este fantástico grupo con el que he podido compartir los miércoles a
mediodía, porque se cumplían cinco años de los clubes en Primaria. ¡Cinco años!
Solo conmigo han estado alrededor de cincuenta niños, y además todos los clubes
que han llevado en estos años las profesoras Nuria y Carmen, o las alumnas y
antiguas alumnas Marina, Laura Laura,
María y Marta. Una muestra de todo lo que hemos sido la vivimos el pasado 23 de
abril durante el día del libro. Nos reunimos más de cien personas, alumnos que
han pasado por los clubes de primaria en estos cinco años, en la biblioteca.
Hicimos un repaso de este lustro y pudimos ver cómo los clubes siguen creciendo,
que los niños siguen insistiendo porque quieren club. Y después nos comimos un
delicioso bizcocho que nos prepararon en cocina, adornado con unos libros de
fondant que mi tía, Marta Bosch, preparó con mucho cariño.
Cuando llega fin de curso me pongo un
poco triste, tengo que decirlo. Son nueve meses de club, de niños y de ilusión;
son sorpresas, libros, juegos y dulces. La última reunión de club de lectura es
poner fin a un año más, a una experiencia más, y tener que decir adiós. Adiós
porque, tal vez, el curso siguiente ya no sea yo su coordinadora, sino que otra
de las maravillosas personas que participan en los clubes se haga cargo de
ellos; adiós porque algunos puede que no se vuelvan a apuntar, porque prefieren
estar en el patio o porque empiezan a pensar que son muy mayores para leer;
adiós porque tal vez sea yo la que el año siguiente no pueda estar. Aunque tal
vez no es adiós, sino un hasta luego. Después de cinco años, todavía me
sorprendo cuando paso por los pasillos o por el patio para recoger a algún
lector rezagado y una avalancha de antiguos lectores de mis clubes me sepultan
bajo sus abrazos. Ver su emoción, cómo se hacen mayores, y saber que he podido
aportar algo a sus vidas, es un gran honor para mí.
Hoy es el fin de curso para los clubes de
lectura, pero no acaban aquí. El año que viene volveremos, porque siempre hay
niños a los que les gusta leer.
¡Que viva la literatura! ¡Que vivan los
clubs de lectura!
1 comentario:
Mis alumnos han disfrutado mucho. Gracias, Raquel.
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