Aprovechando el fin de semana en la Vall d'Albaida, he visitado la Casa Museo de José Segrelles.
En la Casa Museo de Segrelles (1885-1969) se encuentra una colección antológica del pintor que te permiten conocer toda su amplia su trayectoria. La visita es guiada, pero te dejan ir a tu ritmo y te explican, sin agobiar, lo que vas demandando. Se agradece.
He tenido la suerte de coincidir con la exposición temporal Blasco Ibáñez i El rostre de les lletres comenzado la visita admirando una extraordinaria colección de retratos de Blasco Ibáñez como ciudadano, como escritor y como político.
La casa de Segrelles, especialmente la biblioteca, ya merece la visita. Si además añadimos sus pinturas dedicadas a la anatomía humana o a la astronomía, o a las sinfonías de Beethoven o a El Quijote, la vista se convierte en un paseo mágico por el tiempo, por la literatura, por la música, por la ciencia.
Blasco Ibáñez propuso a Segrelles ilustrar cuatro de sus novelas: Flor de mayo, El intruso, La catedral y Los muertos mandan. En el Museo se encuentran las ilustraciones, en blanco y negro según petición de Blasco para que no incrementara el precio de las publicaciones. No se llegaron a realizar ediciones de las novelas con estas ilustraciones. En 2017, 150 aniversario del nacimiento de Blasco ibáñez, el Ayuntamiento de Valencia preparó una edición de Flor de Mayo.
Hoy he podido traerme un ejemplar de esa última edición de Flor de mayo y después de admirar las ilustraciones originales, tan cercanas al Cabanyal o al mar, poder volver a disfrutarlas, al tiempo que leo fragmentos de Flor de mayo, ha dado pie a escribir esta entrada.
Usted pinta más que escribe le dijo Segrelles a Blasco en una de sus cartas.
Pintura y escritura juntos en una mañana de domingo en la Vall d'Albaida.
La Biblioteca de la Casa y el uso que se dió de ella hasta la inauguración de la Biblioteca municipal de Albaida, da para otra entrada.
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