Temporada de avispas es la novela galardonada con el XV Premio Tusquets Editores de Novela 2019.
El pasado veintisiete de febrero, celebramos en el club de lectura un encuentro con la autora. Una placer poder conversar durante más de una hora con Elisa Ferrer en una reunión de las que se quedan como parte de la historia del club.
Contamos con una amplia asistencia de lectores habituales, más de veinticinco, y, en esta ocasión, acompañado por el profesor Rafael Desco, participó en la reunión el poeta Antoni Ferrer, referente de la poesía valenciana actual, miembro del CEL (Centre d'Estudis Locals de L'Eliana), miembro del consejo de redacción de la revista Saó y tío de autora.
El nivel de participación de la reunión fue muy alto y se estableció una conversación fluida y muy interesante con la autora. Hablamos de la beca en Iowa, de los cuentos que dieron origen a la novela, del estilo fluido y 'rápido' y hablamos sobre todo de Nuria. Hablamos de su hermano, de su padre agonizante, de Juan, su pareja. Pero hablamos sobre todo de su madre y de identidades. De la identidad de cada uno con su familia, del rol de hija, del rol de hermana. Y hablamos sobre todo de las madres.
Una participante, médica de cuidados intensivos, agradeció en la primera intervención de la reunión, la delicadeza y el cariño con el que la autora trata en la novela la sala de intensivos y a su personal, en la que está ingresado el padre de Nuria.
En una reunión en la que éramos ocho docentes, no podíamos dejar de preguntar si los profesores de Nuria en la novela, que salen tan mal parados, eran los de Elisa en la realidad. Pero no, la novela no es autobiográfica. (Excepto el miedo a las avispas y algún que otro profesor)
Hablamos también la portada, foto real que ha gustado a todos menos a los vigilantes de la moralidad de Instagram. Nos quedamos con las ganas de saber algún detalle de su próxima novela. Pero no era el momento y sabemos esperar.
En la previa hubo, como siempre, café y té preparado por Álvaro, coca de llanda de la cocina del cole y el boletín número 102. Al finalizar, esta vez si nos acordamos de la foto.
La autora firmó los ejemplares de los lectores y pasadas las ocho fuimos saliendo pausadamente de la biblioteca.
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